lunes, 8 de octubre de 2012

2012: Después del verano

Después de la tormenta siempre llega la calma, y es en los momentos de calma cuando se deben tomar decisiones meditadas para prevenir futuras tormentas.
Si hubiéramos hecho una valoración de los 100 primeros días del nuevo Ayuntamiento (desde el 11 de junio al 19 de septiembre de 2011) habríamos resaltado, por encima de todo, la gran cantidad de actividades realizadas durante aquel verano. Desde que tenemos uso de razón no recordamos un verano con tantas actividades para chicos y grandes como las disfrutadas en el 2011, mérito indiscutible de la comisión de Cultura, encabezada por Almudena Escribano.
Habríamos resaltado ese trabajo, restándole importancia al comportamiento, ya habitual, de la señora alcaldesa, como intentar engañarnos en la formación de las comisiones (alterándose después la redacción del acta para que no quedase constancia de su mala fe), o negarnos el tablón de anuncios durante más de un año (para acabar diciendo que lo compremos y lo pongamos nosotros), o estar más de siete meses sin convocar un pleno ordinario, o seguir contratando fuera del pueblo los gastos de restaurante o cafeterías (algo vergonzoso a lo que nos negamos a acostumbrarnos), ...
Desgraciadamente, el segundo verano ha sido muy diferente y mucha gente nos ha comentado que es lamentable venir unos pocos días a su pueblo natal y encontrase con situaciones como las vividas este año. Comprendemos perfectamente ese sentimiento ya que es compartido por los que estamos aquí todo el año y porque no se trata de ideologías políticas o religiosas, se trata de nuestros pueblos, nuestras fiestas, nuestros vecinos y nuestros jóvenes.
¿Qué ha cambiado para que haya tanta diferencia entre el verano de 2011 y el verano de 2012 si los protagonistas eran los mismos?. A nadie se nos escapa que la situación vivida este verano en fiestas no es nueva, ya vivimos algo parecido hace 10 años. Entonces los jóvenes eran otros, quién sabe si también aquellos serían irresponsables y no se “comprometían” con el pueblo.
Por fortuna las personas tendemos a olvidar y perdonar las malas experiencias recordando únicamente lo bueno o divertido. Por desgracia ese olvido suele provocar que la historia se repita, incluidas las malas experiencias. Aunque las personas olvidemos y perdonemos, la memoria colectiva debería recordar para no caer en el mismo error, ya sea cada 4, cada 10 o cada 40 años.
Las consecuencias de esta situación las sufrimos todos: manifestaciones públicas de desacuerdo con el Ayuntamiento (como hace 10 años), autoridades políticas que se ven salpicadas sin que vaya con ellos (como hace 10 años), escasa participación en las actividades de fiestas y el pueblo dividido y enfrentado, desde hace 10 años, ...
¿Hasta cuándo vamos a seguir así?.
Tenemos un año por delante para dialogar, esforzarnos y trabajar con el único fin de que el daño causado este verano en la convivencia y la participación de la gente no sea irreversible. ¿O es que tener autoridad y pensar que por ello tenemos siempre razón justifica cualquier decisión incluso en contra del pueblo?. Si es así, todos seguiremos pagando las consecuencias durante otros 10 años. Esperemos que no.

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