viernes, 12 de abril de 2013

Sobre las consecuencias de las lluvias en Semana Santa


Durante la pasada Semana Santa se produjeron fuertes lluvias que provocaron desbordamientos de arroyos, acequias e inundaciones de algunas viviendas.
La primera reacción lógica es achacar todas las consecuencias a las inclemencias del tiempo, algo sobre lo que no podemos influir, aunque si analizamos los hechos más en profundidad veremos que hay cosas sobre las que si podemos influir y mejorar.
Mantener limpios los arroyos y acequias hace que cumplan mejor con su función de evacuar aguas pluviales y, por lo tanto, sea más difícil que se desborden con las consecuencias que ya conocemos.
Pero no todas las inundaciones fueron ocasionadas por el desbordamiento de arroyos o acequias. Algunas se produjeron desde la red de saneamiento, la cual ni se utiliza ni se mantiene de forma adecuada.
Es cierto que el nivel del agua del río Duero impedía el correcto funcionamiento de la depuradora, pero no es menos cierto que los tapones ocurridos en la red de saneamiento desde Derroñadas hasta la depuradora ha puesto en evidencia por una parte el mal estado en el que se encontraba (cegada por la arena la mayor parte de su sección ya que en los últimos 10 años, quizás mas, no se ha hecho una limpieza general de la misma) y por otra el uso indebido que se hace de este servicio encontrándose gran cantidad de cosas que nunca deberían echarse por un desagüe como trapos, toallitas, compresas, tampones, etc.
Esto demuestra que no todas las desgracias son desastres naturales, como aparentan a simple vista, sino también consecuencia de nuestras negligencias y hábitos incorrectos. Esto sí es nuestra responsabilidad y está en nuestra mano solucionarlo.

No hay comentarios: