jueves, 24 de mayo de 2012

Otros vecinos perjudicados por actuaciones municipales

Todos conocéis el popularmente llamado “chalet de Pikolín” que ahora es propiedad de Araceli Hernández y Roberto García y os habréis fijado en el tablado que hay colocado en sustitución de un trozo del muro cercano a la carretera.
Esto no responde a un capricho de los propietarios sino a que la obra iniciada para rehacer ese trozo de muro le fue paralizada por el Ayuntamiento.

El propietario solicitó con fecha 24-11-2009 la licencia de obra tras ser asesorado por el arquitecto tal como se muestra a continuación:



El Ayuntamiento le respondió con fecha 15-12-2009 mediante resolución de alcaldía concediéndole la licencia de obra “para acondicionamiento del muro y rehacer muro de mampostería del mismo estilo”, tal como se había solicitado.

La necesidad de rehacer el muro radica en que en ese trozo del mismo no había cimiento de hormigón, siendo ésta la causa del problema, por lo que se pidió la licencia para rehacer (lo que significa volver a hacer) no para reparar.

La obra fue paralizada el 14-10-2010 entregándose un documento manuscrito firmado por Jesús Latorre en el que no se explicaban los motivos de la paralización. Posteriormente, se envió informe del arquitecto municipal de fecha 26-10-2010 en el que ponía: “1- Que al no tratarse de una reparación del muro existente, puesto que, se ha derribado el que había para construir uno nuevo, deberá retranquearse con el nuevo muro 6,40 mts. desde el eje de la carretera”.

¿Cómo se puede rehacer un muro sin antes tirar el que hay?. Esta es la pregunta que todos nos hacemos y que la Alcaldesa no supo contestar en el Pleno del día 8 de marzo de 2012, limitándose a echarle la culpa a quien derribó el muro.

Después de varios escritos del propietario dirigidos al Ayuntamiento para buscar una solución a esta situación, y después de varios informes del arquitecto municipal repitiendo el mismo argumento falso como: “Al derribar por completo el muro, sin proceder a su reparación, que es para lo que se concedió licencia, .......” el Ayuntamiento ha dejado de responder a sus escritos.

Ante este tipo de situaciones en muy cómodo mirar para otro lado y pensar "ese no es mi problema", pero tenemos que comprender que estas actuaciones provocan indignación en los afectados y no sería la primera vez que también provocan gastos innecesarios en procesos judiciales que nunca se sabe cómo acabarán. No estaría de más admitir los errores cometidos y buscar soluciones mediante el diálogo que, sin duda, serían favorables para ambas partes.

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